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La transición a una iluminación eficiente

En Septiembre del 2016 entró en vigor la prohibición de comercializar focos halógenos en Europa. Aunque la prohibición sea inmediata, millones de bombillas halógenas se encuentran actualmente en utilización y otras tantas escondidas en los cajones de nuestras viviendas y oficinas.

Esta nueva legislación es un paso más hacia la consecución de una iluminación eficiente.

transición a una iluminación eficiente

Índice de contenidos

Cuáles son las alternativas a las bombillas tradicionales

La alternativa más óptima depende de varios factores. No hay una sola respuesta. Cada edificio, cada estancia y cada uso necesita una bombilla propia.

Elegir qué sistema es más eficiente (combinación entre ahorro, adecuación al espacio y ecología), depende de dos factores clave: cuántas horas tendremos encendida una bombilla y la potencia de ésta.

Por ejemplo, según un estudio realizado por la OCU, una bombilla halógena de 50 W que esté encendida una media de 3 horas puede ser sustituida por una de sistema LED de 6,5 W. De esta forma se ahorran 47,63 kWh/año, unos 8,57 euros. Esta lámpara tendría una vida útil 10 veces mayor y evitaría la emisión de 16,2 kg de CO2 al año.

Bajo consumo y LED, las dos grandes alternativas

Con esos datos como referencia, podemos afirmar que las dos alternativas a la iluminación tradicional son las bombillas de bajo consumo y las LEDs.

Bombillas de bajo consumo

Se componen de pequeños tubos fluorescentes que se pueden adaptar a diversas formas y tamaños. Comercialmente, gran parte de las bombillas de bajo consumo han adaptado la forma de las bonbillas tradicionales.

Tienen una alta duración (8 veces más que la bombilla tradicional) y un muy bajo consumo (sólo un 25% del consumo de una bombilla incandescente), aunque esto implica un mayor coste.

¿Y al final de su vida útil? Cuidado con tirarla a la basura. Estas bombillas contienen mercurio y deben ser tratadas en un centro de reciclaje especializado.

LED

Con la transición a una iluminación eficiente, las bombillas LED han sufrido una evolución. Han pasado de ser componentes de elementos electrónicos a formar parte del espectro de “lámparas” de viviendas y oficinas.

Esto se debe a dos aspectos fundamentales: permite un uso frecuente y prolongado, y ahorran un 80% de energía frente a las bombillas tradicionales.

¿Y al final de su vida útil? Al igual que las bombillas de bajo consumo, las LEDs tampoco pueden arrojarse a la basura convencional. Lo más común es devolverlas a la tienda donde se han adquirido o llevarlas a un punto de reciclaje.

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